DIVERSAS ANÉCDOTAS DE LEYENDAS

LA MUJER DE NIEVE

En un lugar de la provincia de Musashi vivieron dos leñadores llamados Mosaku el uno y Minokichi el otro. En el tiempo a que me refiero, Mosaku era ya un anciano y Minokichi, su ayudante, contaba solamente con dieciocho años de edad. Todos los días iban juntos a un bosque distante como cinco millas de su pueblecito. Para llegar a él, tenían que cruzar un ancho río, en el que había una barca. En el sitio donde estaba el embarcadero construyeron varios puentes; pero todos se los llevaron las aguas. Ninguno podía resistir las crecidas del caudaloso río.


En una tarde fría, al regresar los leñadores a su casa, se vieron sorprendidos por terrible huracán de nieve. Y llegaron al embarcadero y se encontraron con que el barquero se había marchado, dejando el bote en la orilla opuesta. Como el día no estaba para nadar, los leñadores se refugiaron en la choza del barquero, muy satisfechos de haber podido encontrar dónde guardecerse. En la choza no había brasero ni sitio para encender el fuego, pues la cabaña estaba hecha con dos esteras y su extensión no llegaría a seis pies cuadrados. Sólo tenía una puerta, sin más huecos de ninguna especie. Mosaku y Minokichi sujetaron la puerta y se sentaron a descansar, abrigándose con sus casacones de paja. Imaginaban que la tormenta pasaría pronto.

.El viejo se durmió poco después: pero el zagal estuvo despierto largo rato, escuchando el retumbar de los truenos, el bramido furioso del viento y el continuo azotar de la nieve contra la débil choza, que crujía y se bamboleaba con la misma ligereza que un junquillo en el mar. Era una tormenta formidable. El aire se hacía helado a cada momento. Minokichi temblaba bajo su casacón de paja; pero, al fin, no obstante el gran frío que lo atormentaba, se despertó. La puerta de la choza había sido forzada. Al resplandor de la nieve pudo distinguir la figura de una mujer. Era blanca desde la cabeza hasta los pies y estaba inclinada sobre Mosaku, echándole su aliento. Casi en aquel instante se volvió hacia Minokichi , y también se inclinó sobre él. Este quiso gritar, pero no pudo. Había perdido el habla. La mujer blanca se inclinaba y se inclinaba cada vez más, hasta que se tocaron los dos rostros...El leñador observó que era muy bella, pero los ojos causaban espanto. Por espacio de unos segundos la contempló en el silencio. Después le dirigió una sonrisa, y le susurró al oído:

-Pensaba hacerte lo mismo que al otro; Pero no puedo menos de sentir alguna misericordia hacia ti: ¡Eres tan joven! ....¡Y eres un hermoso joven!...¡Muy hermoso, muy hermoso, Minokichi! Y por eso no quiero herirte ahora. Pero si alguna vez dices algo, aunque sea a tu propia madre, acerca de lo que has visto esta noche, lo sabré al momento ¡y te mataré! No olvides nunca esto que te he dicho...

Dió media vuelta, atravesó la puerta y desapareció. El leñador pudo moverse al fin. Corrió a la puerta y escudriñó por todas partes. Pero la mujer se había volatizado misteriosamente y la nieve entraba de un modo arrollador en la desvencijada cabaña. Minokichi cerró la puerta y la aseguró con varios trozos de madera. Imaginó que el viento había sido quien derrumbó la puerta y que todo lo demás no pasaba de ser un sueño lúgubre. Y quizá la figura de mujer que vio en la puerta no fue otra cosa que la brillante claridad de la nieve... Pero, como no estaba muy seguro de sus ideas, llamó al viejo. Y éste no le respondió. Minokichi quedó aterrado. Empezó a buscar a tientas en la obscuridad, dio con el rostro de Mosaku...¡y notó que estaba frío como el hielo! El desgraciado leñador había muerto

Al romper el día cesó la tormenta. Cuando el barquero, un poco después de salir el sol, retornó a su puesto, halló a Minokichi tendido en el suelo, sin conocimiento , junto al congelado cadáver de Mosaku. Minokichi fue solícitamente atendido y pronto volvió en sí; pero estuvo enfermo durante mucho tiempo, a causa del frío que cogió en aquella terrible noche. La muerte del viejo le afectó de modo tremendo. No habló a nadie sobre la visita de la mujer blanca,y tan pronto como recobró la salud, reanudo sus tareas de leñador. Todas las mañanas iba solo al bosque y regresaba al anochecer, trayendo sus correspondientes haces de leña, los cuales se encargaba de vender su madre para ir viviendo con su producto.

Una tarde del invierno siguiente, al regresar a su cabaña, encontró en la carretera a una niña que llevaba la misma dirección que él. La jovencita era alta, de cuerpo frágil y esbelto y de hermosa apariencia. Minokichi la saludo. Ella contestó al saludo y su voz resonó en los oídos del joven con la misma dulzura que el canto de un pájaro niño. El leñador se unió a la jovencita y empezaron a charlar. Dijo llamarse O-Yuki. Hacía poco tiempo que habían muerto sus padres y marchaba a Yedo para ver si, por medio de unos parientes pobres que allí tenía, entraba a servir en alguna casa principal. Minokichi quedó encantado con la amena charla de aquella mujercita, y cuánto más la miraba más bella le parecía. Le preguntó si estaba prometida. Y ella le contestó que no, riendo alegremente. A su véz, O-Yuki le preguntó también al leñador si estaba casado o prometido. Minokichi respondió que, aunque sólo tenía que mantener a su madre (el padre había muerto ya), la cuestión de una "nuera conveniente" aún no se había tratado, porque él era muy jóven.....

Después de hacerse estas mutuas confidencias, siguieron su camino. Marcharon durante gran espacio de tiempo sin hablarse una palabra; pero, como dice el proverbio japonés: "cuando el deseo ha venido, los ojos pueden hablar mucho más que la boca

Al llegar al pueblecillo ambos se hallaban encantados uno del otro. Minokichi rogó a O-Yuki que entrara en la casa para tomar algún reposo. La niña respondió con gran timidez y rechazó en un principio el ofrecimiento, mas acabó por aceptar. La madre del joven se portó de modo tan delicado y tan exquisito, que la anciana se aficionó a ella y la persuadió para que retrasara su viaje a Yedo. Y el desenlace natural de todo esto fue que O-Yuki no marchó nunca a Yedo...Permaneció en la casa como una "nuera conveniente".

Y O-Yuki demostró que, en efecto, era una bonísima nuera: cuando cinco años después murió la madre de Minokichi, las últimas palabras que pronunció fueron palabras de afecto y alabanza dirigidas a la esposa de su hijo.

O-Yuki trajo diez hijos al mundo, niños y niñas, todos muy hermosos y de blanquísimo cutis
Las gentes del país creían que O-Yuki era una persona algo bruja, basándose en la diferencia que existía entre ella y las restantes vecinas del pueblecillo. Quienes más se preocupaban de esto, naturalmente, eran las viejas. Y O-Yuki, a pesar de haber tenido diez hijos, se conservaba tan joven, tan fresca y tan bella como el primer día que entró en la aldea.

Una noche, después que acostaron a los niños, O-Yuki se sentó a coser a la luz de una linterna de papel. Minokichi, que estaba contemplándola, exclamó:

-El verte coser, con la luz sobre tu rostro, me hace recordar cierto suceso bastante extraño que me ocurrió cuando tenía dieciocho años de vida. Entonces vi una cosa tan blanca y tan bella como tu lo estás ahora. Ciertamente, aquella cosa era igual que tú...

Sin levantar su mirada de la costura, O-Yuki preguntó:
- Dime algo de ella...¿Dónde la viste?

Y Minokichi refirió la macabra historia de la noche de tormenta . Le habló de la Mujer Blanca que se inclinó sobre él, sonriendo y murmurando a su oído unas terribles palabras. También contó la silenciosa muerte de Mosaku, y añadió:

-Despierto o adormecido, aquella fue la única vez en mi vida que he visto un ser tan hermoso como tú. Desde luego, la mujer no era un ser humano; por eso me asusté de ella ¡y me asusté mucho! Pero ¡era tan blanca! ... Y en verdad, nunca he podido tener la certeza de si fue un sueño lo que yo vi o si era la Mujer de Nieve.

O-Yuki arrojó al suelo violentamente sus labores, se levantó con precipitación, y dirigiéndose a Minokichi, le gritó: 
-¡¡Era yo, yo,yo!! ¡Y te dije que te mataría si llegabas a decir a nadie una palabra sobre ello! Más, por estos niños que duermen allí, no quiero matarte en este momento...¡Cuida bien de ellos, procura que nunca les falte nada, pues si algún día tuvieran motivo para quejarse de ti, entonces ¡te trataría como mereces!
Y a medida que gritaba, su voz se iba debilitando y sus ecos parecían el silbido de un viento lejano. Y se fundió en una nubecilla blanca y brillante, que hizo espirales por toda la habitación, hasta llegar al techo, y estremeciéndose desapareció por la chimenea...Jamás volvió a ser vista...



QUIZÁ TAMBIÉN TE INTERESE...
LEYENDAS PARA ANTES DE DORMIR

EL REY DE LOS GATOS
En tierras lejanas de Irlanda se escucha una leyenda muy famosa que involucra a una raza de gatos muy popular y que antes se creían brujas en formas felinas llamados cat sith la historia se llama el rey de los gatos y es una anécdota un poco terrorífica pues nos narra cómo dos jóvenes cazadores que rentan una casa en el bosque y contratan una señora para que les cocine y alimente a sus perros en lo que ellos salen, la cual lleva consigo un gato.

Un día uno de los jóvenes decide quedarse en la caza mientras que el otro sale a cazar comprometiéndose a llegar antes del anochecer , pero las horas pasaron de su partida y el joven no regresaba a casa logrando preocupar a los demas, y cuando regreso hasta las horas de la noche se notaba algo extraño en su rostro tal vez se veía asustado , pálido.
El joven no quiso contar que es lo que había pasado hasta después de la cena
Donde les narra que se había adentrado tanto en el bosque que se había perdido y para su mala suerte el sol se estaba ocultando y una neblina extraña se empezaba esparcir a sus alrededores y el solo se sentía cada vez más perdido pero a lo lejos logro ver una luz, se logró acercar y asomarse sobre unos arbustos, para escuchar que a la distancia provenían unos cánticos y se veía una iglesia, también logro ver unas manos sosteniendo antorchas y un ataúd pero es ahí donde el joven se detuvo y su cara palideció más por que ni el mismo creía lo que había visto, todos le pusieron mucha atención incluso parecía que el gato de la señora estaba atento a lo que el diría, y continuo contando les que las manos que agarraban las antorchas y el ataúd eran peludas y tenían garras, eran gatos los que sostenían aquel ataúd con una corona y un cetro en medio.
En eso el gato de la señora empieza a correr de un lado a otro y se le escucha decir "el viejo Pete ha muerto" "ahora yo soy el rey de los gatos" después de ello corre hacia la chimenea desapareciendo de su vista y dejando los con la boca abierta




THE GOOD MAN
Esta es una historia trágica que nos habla sobre una selkie que es una criatura que tiene la habilidad para cambiar de forma de una foca a una mujer de inigualable belleza al quitar se su piel como si de un abrigo se tratara.



Nuestra historia comienza en un pueblo de la isla esmeralda con the goodman el cual es muy codiciado y atractivo pero apesar de ello, el no tenía la intención de contraer matrimonio, hasta que un día caminando en la playa a la distancia vio un grupo de selkies que se encontraban reposando en la arena y el al verlas corrió hacia donde estaban las cuales tomaron su abrigo de manera inmediata y regresaron al mar pero el hombre en un audas movimiento consigue tomar el abrigo de una de ellas antes de que se convirtiera en foca y regresará al mar quedando hipnotizado por su belleza al momento, está le ruega le regrese su abrigo y se vio tentado a dar se lo, pero el en un acto de egoísmo decide retener la pues se había enamorado de tan bello ser , está al no poder regresar al mar se queda con the goodman con el cual al paso del tiempo se casan e incluso tienen hijos pero la selkie jamás dejo de buscar su abrigo para regresar con su amor el mar. Un día su hija al ver la deprimida le cuenta la ubicación de su abrigo la cual vio que su padre guardaba en un cofre y una vez la selkie obtiene su abrigo decide marcharse al mar donde en su camino a la distancia vería a su esposo y le diría que el es un buen hombre pero ella tiene que estar con su amor el mar

LOS TRABAJOS DE HERCULES

Hércules era hijo de Zeus, rey de los dioses, y de Alemena. Tenía porte extraordinario, el cuello grueso, la cabeza pequeña y los cabellos cortos y crespos. Como Sansón entre los hebreos, había sido dotado del don de la fuerza, para gloria de los dioses y admiración de los hombres.

Durante todo el día de su nacimiento, resonaron los truenos en Tebas, su patria.

Alcmena tuvo gemelos; cuando se hallaban en su cuna, dos serpientes cayeron sobre los niños: el otro hermano se llenó de miedo; pero Hércules las despedazó con sólo sus pequeños brazos. Ésta fue su primera hazaña.

Se cuenta que alguna vez fue amamantado por la diosa Hera y que el niño mordió con tanta fuerza el seno, que la leche se derramó por el cielo, formando la Vía Láctea o Camino de Santiago...

La educación de Hércules fue completa: aprendió la lucha, la carrera de carros, el manejo del arco, la música, la gimnasia, la astronomía, y sólo al tocar la lira tuvo un fracaso, porque desafinaba feamente... Al reprenderlo el maestro por la falta de delicadeza de su oído, Hércules le aventó el instrumento, matándole de un golpe.

Era muy comilón, y una vez que viajaba, se acercó a un campesino, a pedirle parte de su comida. Le fue negada; entonces Hércules desunció uno de los bueyes de la yunta con que araba el labriego, y lo devoró entero,

Al entrar en la juventud, Hércules se fue a un lugar solitario a meditar en cómo decidiría de su vida. El Valor y la Pereza fueron a buscarlo en la soledad, invitándole cada uno a que les dedicase su juventud. Eligió al primero, a pesar de los placeres con que incitaba a la otra.


La diosa Juno no lo amaba, y aconsejó a Euristeo que le encomendase las empresas más duras, a fin de quebrantar sus fuerzas. Ellas han sido llamadas "los doce trabajos de Hércules." Fueron todos difíciles y hasta maravillosos; los más dignos de alabanza son estos:..

Un león devastaba los bosques de Nemea, en el sur de la Grecia. La bestia vivía en una caverna con dos entradas y su prodigio era que no podía ser herido.

El gigante cubrió una de las salidas, e internándose por la otra, llegó hasta el animal y lo ahogó entre sus brazos.

En una ciénaga de Lerna, vivía la Hidra, monstruo de innumerables cabezas, que parecía un árbol viviente. Era el terror de la región porque devoraba a los animales y a los hombres, y si éstos al defenderse le arrancaban una de las cabezas, ella le retoñaba al punto. De este modo, no había manera de aniquilarla.

Llegó Hércules hasta ella y le disparó flechas quemantes; se enroscó la Hidra a sus piernas, paralizándolo para el combate. Hércules fue entonces cortándole las infinitas cabezas, y a cada herida aplicaba un cauterio ardiendo. Así le dio muerte. Con la ponzoña del monstruo, hizo mortales desde entonces las puntas de sus flechas.

En la Arcadia vivían las aves Stinfalidas, que tenían plumas de acero, y cuando eran atacadas, se defendían disparándolas como flechas. Hércules lanzó las suyas, empozoñadas, e hirió de muerte a las aves funestas.

La diosa Diana había dado muerte cuatro ciervas espléndidas que hacían maravillosos los bosques por donde cruzaban, pues sus cuernos eran de oro. Pero quedaba una, desesperación de los cazadores. Hércules al verla vadear un río, enderezó su arco hacia ella y la dio muerte. Diana la encontró cuando la cargaba a sus espaldas, y le reconvino, un poco celosa de semejante hazaña.
El rey Augias tenía rebaños tan inmensos, que sus establos infincionaban el aire de la región con el estiércol amontonado durante muchos años.

Euristeo señalo al gigante el inmenso trabajo de limpiarlos. Hércules, no queriendo trabajar sumergido en la inmundicia, desvió el curso de un río, haciéndolo pasar por los establos, que en unos días quedaron purificados

El rey Diomedes tenía fama de que hacía desaparecer a cuantos extranjeros le pedían hospedaje. Esto era porque poseía cuatro caballos prodigiosos, que tenían las crines de bronce y sólo se alimentaban con carne humana. Diomedes, para conservarlos, hacía el sacrificio de sus huéspedes.

Hércules descubrió la inquidad del rey, y dio muerte a él y a los cuatro corceles broncíneos.

Euristeo buscaba a Hércules todavía una empresa imposible, y así, le exigió que fuese a robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides, guardadas por terrible dragón.

Según dicen algunos, Hércules hizo que verificase el robo el gigante Atlas, que sostenía el peso del mundo sobre sus espaldas, y mientras tanto, soportó él a la Tierra. Según otros, fue Hércules mismo quien despedazó al dragón que custodiaba el Jardín, cogiendo tranquilamente las frutas milagrosas, que resplandecían como una constelación sobre su pecho, cuando iba huyendo...
El duodécimo trabajo dado por Euristeo fue arrancar a Cerbero de la entrada de los infiernos. El horrible can tenía el cuello erizado de serpientes; como la Hidra, poseía muchas cabezas, y con cada una de las fauces abiertas ladraba a los condenados que querían escaparse, y si conseguía morderles, entraban sus dientes agudos hasta el tuétano de los huesos, causando espantoso dolor. El cuerpo del can era tan venenoso, que de haber babeado las hierbas de la Tesalia, las volvió tóxicas y sólo sirvieron desde entonces para los maleficios de las hechiceras.

Le venció Hércules.

Uno a uno fue Hércules cumpliendo los trabajos que le imponía el perverso Euristeo, aconsejado por Juno; a cada nuevo encargo, pensaba éste que el gigante sería devorado por los monstruos; pero salía vivo, y hasta más fuerte y hermoso de cada hazaña, porque el valor rejuvenecía sus músculos y abrillantaba sus ojos.

Hizo además de éstas, otras proezas: acabó con los Centauros, dio alivio a Prometeo, desprendiendo de su costado sangriento el buitre que lo devoraba, y hasta pudo herir a Hades en la misma morada de los muertos, a la que alcanzó a llegar.

Un día enderezó su arco contra el Sol, que enardecía salvajemente su espalda, y el astro, asombrado de su temeridad, le regaló una copa de oro.

Por su fama de triunfador de bestias y de hombres, ya no tenía en los juegos olímpicos quien quisiera disputarle el premio, y el propio Zeus, su padre, descendió a pelear con el gigante. Lucharon largamente; el combate no se decidía, puesto que Hércules estaba en frente ni más ni menos que del Rey de los Dioses. Entonces, conmovido Zeus, reveló su nombre, entre el estupor y la alegría de todo el pueblo.



QUIZÁ TAMBIÉN TE INTERESE...
CRIATURAS DE LEYENDA
EL CANTAR DE TRYM
Mito sobre Thor folclor islandes, nordico

Se imaginan acaso al  poderoso dios del trueno y del Midgar  Thor con sus  cabellos  y su barba  rojiza tener  que vestirse de novia para tener que engañar a un gigante y a su vez vestir a loki de criada para ayudar le a recuperar su martillo,  el cual había sido robado por Trym el cual tuvo sus sospechas de la novia después de que esta se  comiera un buey entero, pues acontinuación el poema que nos relata esta fantástica historia:
Resultado de imagen para cantar de trym

Mucha furia fue thor cuando él despertó y no vio su martillo; Le temblaron las barbas, revolviósele el pelo, El hijo de tierra busco y remiró. Así lo primero entonces habló: Escúchame, Loki. lo que ahora digo, la cosa por nadie en la tierra oída ni arriba en el cielo:

¡Me han robado el martillo! A la casa marcharon de Freya hermosa; Así lo primero entonces habló:¿Tu  apariencia plumada, Freya, me prestas a ver si con ella recobro el martillo? Freya dijo: Te la diera yo a ti aunque fuese de oro, aun que fuese de plata yo te la daba. Del Ásgard Loki  volando salió- la apariencia de plumas fuerte sonaba- y volando llegó al confín de los ogros.

Trym en la loma, el señor de los ogros De oro collares trenzaba a sus perros, A sus potros allá recortaba las crines.

Trym dijo: ¿Que hay de los Aesir?¿Que hay de los elfos? ¿Por que a Jotunnheim tu solo veniste?

Loki dijo: Les va mal a los Aesir, mal a los elfos. El martillo de Hlórri tu lo escondiste?

Trym dijo: El martillo de Hlórri yo lo escondí; bajo tierra esta a ocho leguas abajo; aquel solamente podrá recobrarlo que a Freya me traiga y la haga mi esposa. Volando salió del confín de los ogros- la apariencia de plumas fuerte sonaba y Loki volando al Ásgard llego. Topóse con thor en mitad de resinto que así lo primero entonces habló:¿Provecho sacaste igual que la pena? Lejanas las nuevas de tú desde el aire: A menudo no dice quien ya sentó, Quien ya se acostó mentiras inventa. La pena me di y provecho saqué: tiene Trym el martillo, el señor de los ogros; aquel solamente podrá recobrarlo que a Freya le lleve y la haga su esposa.

En busca marcharon de Freya hermosa; Así lo primero entonces habló:¡Átate, Freya, la toca de novia!Ven que los ogros te lleve conmigo.

Tanto furiosa Freya bufó que tembló de los Aesir la sala entera, Rompiósele  al cuello la joya brisinga:¡Delirando di tú que estaría por hombre si yo con los ogros me fuera contigo!

A reunirse en consejo corrieron los Aesir, las diosas todas junta tuvieron;Discutieron los dioses cómo podrian traerse de allá  el martillo de Hlórridi.

Héimdal habló, el as todo blanco, el igual que los vanes certero adivino: Atémosle a thor la toca de novia, adórnelo a él la joya brisinga.

Pongámosle al cinto sonido de llaves, Sus piernas tapemos con faldas de moza, figémosle al pecho grandes peñascos, su cabeza cubramos con alto bonete.

Así dijo thor, el as forzudo: Marica los aesir me van a llamar si toca de novia a mi se me pone.

Así dijo Loki, el hijo de Láfey:¡Callate, thor, y eso no digas! Morada de ogros el Ásgard será si no vas pronto a buscar tu martillo.

La toca de novia a thor se la ataron, a él lo adorno la joya Brisinga, le pusieron al cinto sonidos de llaves, sus piernas taparon con faldas de moza, le fijaron al pecho grandes peñascos, su cabeza cubrieron con alto bonete.

Así dijo Loki el hijo de Láufrey: Iré yo también haciendo de sierva, allá con los ogros yo iré contigo.

Pronto tomarion los machos cabrios , Los pusieron al carro, que bien corrieran: Se rejaron las peñas, ardieron los campos Allá al Jotunheim fue el hijo de Odín.

Así dijo Trym, el señor de los ogros:¡paja, gigantes, echad por los bancos!ya para esposa a Freya me traen, A la hija de Niord del que vive en Noatun.

Mis vacas que tengo de cuernos de oro Mi acienda me alegran,  negros mis toros; Me sobran riquezas, joyas me sobran; Faltábame Freya, ella tan solo.

Pronto la tarde llegó la después; Se sirvio la cerveza; entero él solo un buey se comió, ocho salmones; Golosina ninguna dejó a las mujeres; El esposo de Sif se bebio tres cubas. Así dijo Trym, el señor de los ogros:¿Que novia se ha visto que tanto trague? Ninguna vi yo que tanto comiese, Que tanto Hidromiel en ninguna cupiera.

Sabía la sierva alerta estaba, Ella al gigante bien respondió: van ocho días que Frey no come, tanto anhelaba encontrarse contigo. quiso besarla y la toca alzó; La sala entera cruzó reculando: ¿Por qué tiene Freya tan torvos ojos? Fuegos en ellos pensé que ardían. Sabía la sierva aleta estaba, ella al gigante bien respondió: Van ocho días que Freya no duerme, tanto anhelaba encontrarse contigo.

Del ogro la hermana necía entro Descarada pidiendo de novia regalo Del brazo sácate rojas anillas Si  quieres ganarte el cariño mí el cariño mío y todo mi amor

Así dijo Trym, el señor de los ogros: El martillo traed, que la novia lo consagre, en sus piernas  a ella ponedle el Miollnir Consagradnos a ambos en nombre de var.

En su pecho Hlorrridi gozo sintió cuando el duro martillo en sus manos tuvo: Mato a Trym el primero, al señor de los ogros, gigante ninguno con vida dejo.

Del ogro a la hermana, a la vieja mato,La que estuvo pidiendo de novia regalo; Ni riqueza tuvo no joyas muchas, pero si se llevo un gran martillazo.

Así el hijo de Odín recobro su martillo








































No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Introducción

Seas bienvenido al Rincón de la mitología e historia, mi objetivo es mostrarte aspectos interesantes sobre mitos, leyendas, luchas épicas,...